LITERATURA Y ARTE: EL DECAMERÓN DE BOCCACCIO; DE LA PALABRA A LA IMAGEN.

¡¡BUENAS TARDES!!

Un día más me atrevo a traer una actualización nueva a la sección de Literatura y Arte (mi favorita de todo el blog si soy sincera). Sé que no estoy actualizando tanto como me gustaría, pero tengo comprobado que en verano el PC y yo no somos compatibles. A mi no me apetece hacer otra cosa con él que no sea ver series y películas y a él no le apetece funcionar a horas en las que hace calor. Así que como este conjunto de actitudes se ha vuelto un círculo vicioso... pues he decidido que en todo el verano actualizaré un par de veces (si acaso) y ya cuando llegue el otoño y Bobby (soy de esa clase de personas) quiera funcionar, volveremos a la normalidad. 



Hoy quiero traer una historia de un libro que es considerado como un maravilloso clásico de la literatura universal. Me estoy refiriendo al DECAMERÓN, escrito por el italiano Giovanni Boccaccio entre los años 1351-53, es decir, en el siglo XIV (hace la tela de tiempo eh?) Lo interesante de este libro, si por algún casual de la vida no has oído hablar nunca de él, es que está compuesto por 100 cuentos (de los que algunos se podrían llegar a considerar verdaderas novelas cortas). Así mismo, dentro de estas 100 historias, hay tres temáticas que destacan sobre todas las demás tratadas a lo largo de la obra que son: el amor, la fortuna y la inteligencia. Pero, la duda que probablemente te haya asaltado al leer esto... ¿esos 100 cuentos están relacionados entre sí o son historias individuales sin relación aparente entre ellas? Pues bien, SÍ; hay una conexión entre todas las historias que conforman el Decamerón que está relacionada con un suceso histórico acaecido en la ciudad de Florencia en pleno siglo XIV. En el año 1348, un brote de peste golpeó la ciudad italiana y la obra de Boccaccio comienza haciendo una descripción de este suceso, el cual "motiva" a un grupo de 10 jóvenes a huir de la enfermedad y resguardarse a las afueras de la ciudad afectada. Estos jóvenes pasarán 10 noches (de ahí el nombre de "decamerón" deca= diez) contándose historias con el único fin de entretenerse. 

Bien, ya os he puesto en situación sobre la obra que se va a tratar hoy. Ahora quiero hablaros de una de las historias en concreto, la Historia de Nastagio degli Onesti. Es  la octava "novella" o cuento que se relata en la quinta noche del viaje de estos jóvenes. Y ¿Por qué os quiero hablar de esta historia en particular? Porque al igual que hice en mi primera entrada de esta sección, cuando os hablé del poema de la Dama de Shallot os quiero mostrar las pinturas que realizó un artista del Renacimiento italiano  sobre esta historia. El artista en particular es Sandro Botticelli, que seguramente lo conozcáis por obras como el Nacimiento de Venus:

El nacimiento de Venus, Sandro Botticelli, 1484-1486. Pimtura al temple. Galería Uffizi


No me voy a detener a hablar sobre Sandro Botticelli o el Renacimiento italiano, pero si tenéis curiosidad sobre este artista y este período artístico, aquí os dejo el enlace a una página que os puede contar cosas muy interesantes al respecto: 
-> sobre el artista: http://www.descubrirelarte.es/2015/09/21/sandro-botticelli-un-pintor-neoplatonista.html
-> sobre el Renacimiento: http://www.arteespana.com/renacimientoitaliano.htm

A partir del año 1483, Sandro Botticelli pintó una serie de tablas en las que se contaba la historia de Nastagio. El conjuto de estas tablas iría a formar parte de una spalliera, esto es, unos paneles pintados que revestían las paredes de las habitaciones en esa época. Actualmente, tres de las cuatro tablas que forman la historia están expuestas en el Museo del Prado de Madrid (y en su página web se puede encontrar más información sobre ellas). Pero lo que nos interesa ahora es la historia, como Sandro acudió a una fuente escrita para plasmarla con pinturas y con las sensaciones y sentimientos que le produjo la historia al leerla él mismo.

Escena primera
La historia comienza hablándonos de Nastagio, un joven de la nobleza de la ciudad de Rávena, que fue rechazado por la hija de un noble de un linaje más alto que el suyo. Nastagio, despechado, empezó a gastarse toda su fortuna y ante esto, los amigos del joven deciden llevarle a un pinar a las afueras de Rávena para pasar un tiempo con él. Es entonces (y se ve perfectamente representado en la pintura de Botticelli)  cuando Nastagio se despide de sus amigos y decide dar un paseo por el pinar. Para su sorpresa será testigo del ataque por parte de unos perros hacia una bella joven que es perseguida a su vez por un jinete. Ante semejante escena, Nastagio intenta ayudarla, pero el jinete, Guido delgi Anastagi le convence de lo contrario tras contarle su historia. Este también había amado a una mujer que lo rechazó y este rechazo lo llevó al suicidio. A pesar de esto, la joven que lo había plantado no sintió pena alguna y cuando murió, fue condenada al infierno por su indiferencia y como castigo, debía ser perseguida por el caballero y sus perros cada viernes durante tantos años como meses ella le ignoró. Cada vez que Guido alcanzaba a la joven abría su torso y arrojaba su corazón frío e indiferente a los perros.


Escena segunda

Tras contarle esta historia a Nastagio, Guido desmontó de su caballo y realizó la tarea que le había sido encomendada. Nastagio, al ver como el hombre sacaba el corazón de la mujer y se lo daba de comer a los perros, huye espantado hacia el lugar en el que están sus amigos y familiares. Pero tras reflexionarlo un rato, pensó en la mejor forma de sacar partido a esa historia que acababa de conocer, por lo que invitó a una majestuosa cena a su familia y su amada. 

Escena tres
Como cada viernes la escena entre Guido y su joven amante se debía repetir en ese mismo pinar; Nastagio decidió que el lugar de la cena debía ser ese. Todos los familiares y amigos de Nastagio estaban cenando tranquilamente, cuando, de pronto, hicieron su aparición en el claro el caballero y su amante y todos observaron aterrorizados la escena mientras Nastagio explicaba el porqué de tan atroz visión. Todo había sido planeado para que la joven amada del protagonista accediera a las demandas de matrimonio que este le había propuesto. ¡Y vaya que si accedió! 
La historia de Boccaccio termina ahí, pero el bueno de Botticelli, realizó una cuarta escena más que no está narrada en el Decamerón. Se trata del banquete de bodas de Nastagio. De esta forma el pintor termina de completar la historia que cuentan sus pinturas en las que hay un fuerte sentido moralizante para las esposas de aquella época, pues al saberse en Rávena lo sucedido con la amante de Guido, estas empezaron a ser más complacientes con los hombres (algo que en este siglo por suerte hemos superado). 

Escena cuatro

No he comentado nada acerca de las pinturas mientras iba relatando la historia, pero me encantaría destacar el colorido de las mismas y la profundidad que consigue el artista gracias a un buen uso de la perspectiva. Así mismo, me parece importante destacar como en una misma pintura, Sandro es capaz de "narrar" más de una escena a la vez para tener esa continuidad del relato y el espectador pueda tener más detalles sobre la historia. Si vivís en Madrid o alrededores os recomiendo que vayáis a ver estas pinturas al Prado con un ejemplar del Decamerón en la mano. Seguro que es una experiencia maravillosa. Y espero también haberos abierto el apetito y que os haya entrado curiosidad por este clásico los que no lo conocierais aún. 
Espero que os haya gustado la entrada y como siempre, dejad un comentario si os apetece y nos leemos en la próxima entrada. 
Un saludo minino,
M. 

P.D: todas las imágenes usadas en este post han sido sacadas de Wikipedia.

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